Un buen día mi primo Rubén y yo decidimos irnos de excursión a pasar unos cuantos días a la montaña.
Empezó a llover y nos fuimos corriendo a buscar un escondite.
Buscando y buscando encontramos una cabaña y nos cobijamos allí.
Nos dimos cuenta de que venían ovejas.
Mi primo y yo sacamos la mano para ver si llovía o no.
Paró de llover y seguimos el camino de la excursión.
Cuando llegamos salió el sol. Nos pusimos muy contentos porque ya habíamos llegado.
Dejamos las mochilas y nos dimos cuenta de que había una cámara y nos hicimos una foto de recuerdo.
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