Una vez, mi prima Isabel y yo, salimos de un chalet para hacer una expedición. Primero, organizamos la ruta y luego empezamos. Lo que pasó es que cuando empezamos se puso a llover intensamente.
No sabíamos donde refugiarnos pero anduvimos y anduvimos hasta que encontré una casita en medio del camino.
Los dos entramos corriendo.-Será mejor que cuando antes nos vayamos de aquí, porque esta casita podría tener dueño- dije.
Luego tuvimos un poco de frío, pero por suerte, allí había ovejas.Ellas entraron y nos ofrecieron su calentita lana.
Cuando se calmó un poco, salimos mi prima, las ovejas y yo.
Nosotros, como nos refugiamos en la casita nos desviamos del camino. Así que seguimos una nueva ruta.
No sabíamos exactamente a donde llevaba, así que subimos una pequeña montaña. Nos pusimos contentísimos porque seguimos la expedición.
Para no contarles tanta historia a nuestros padres, tuve la idea de hacernos una foto.
¡Ha sido la mejor expedición de mi vida!
¡Casi una aventura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario