Lidia

Un día unos amigos fueron a dar un paseo por el bosque. Llevaban a su perro que, como ya se sabia el camino, se lo indicaba. Pero andando, andando se encontraron con un gato abandonado.
El perro pensando que les iba a hacer algo le ladró, y el gato asustado le maulló.
Los dos amigos decidieron atar al perro al árbol para que no pudiera asustar al pobre gato.
El gato poco a poco se iba tranquilizando porque sabía que ya estaba a salvo, lo cogieron.
Pero de tantos celos que tenia el perro rompió la cadena y volvió a ladrar.
El gato ya estaba tan asustado que se fue corriendo y se subió al árbol de un brinco.
El niño, Jorge fue corriendo, trepó un poco hasta que lo pudo atrapar. Felices, el perro se hizo amigo del gato y pudieron convivir juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario